La empresa que le sacó visa al mango dominicano

Reportaje especial del periodista Alexander Peña desde Estancia Nueva, Moca, para el diario digital Acento de la República Dominicana


ESTANCIA NUEVA (MOCA), República Dominicana.- En esta pequeña localidad de Moca hay una empresa que por fuera parece una más de las que activan el histórico municipio de la provincia Espaillat, pero que aloja una actividad comercial única en su clase, fraguada en la constancia y el arrojo de una visión empresarial a futuro, que dio en el blanco.

 

Ahí dentro, a cuatro kilómetros del centro del pueblo, opera la planta de tratamiento “hidrotérmico” -de aguas calientes- propiedad de Antonio Taveras Agroindustrial: la única de República Dominicana autorizada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para exportar mangos frescos a ese jugoso destino.

Lo que echó raíces en la mente de un avispado comerciante de la diáspora e inició con un flujo de exportación de 500 cajas, es hoy una operación comercial que mueve hasta 40,000 cajas a la semana, tan solo del cotizado fruto tropical.

Este reportaje fue publicado y ampliamente difundido en el periódico Acento, de la República Dominicana. La versión original dando clic aquí

Cuatro años de numerosas gestiones, y una inversión estimada en 500 mil dólares (Al RD$17 por uno entonces), conllevó el proceso de certificación que abrió los puertos y aduanas estadounidenses al mango banilejo y las demás variedades exportables que se cultivan en tierra dominicana.

“Hace quince años que se hizo la primera inspección para certificar el proceso, la tecnología, después de traer los técnicos (estadounidenses), mandarles los planes para que los aprueben. Duramos cuatro años para obtener la primera certificación, y todos los años hay que renovarla”.

https://www.youtube.com/watch?v=oOKucZqZVlk

Antonio Taveras recuerda que su sueño de exportar mangos criollos a Nueva York se “quemó” en las primeras tres inspecciones del USDA. “Los primeros tres años nos quemamos; la planta no cumplía con requisitos principalmente de temperatura, de la máquina, pero trajimos un técnico de México y logramos superarlo”, narró el empresario.

Impacto a nivel local

Hoy día Taveras tiene su propio centro de distribución en Estados Unidos para el comercio en varios estados del mango y otros cincuenta cultivos agrícolas, y emplea en Moca a unas 150 personas, entre el personal de planta y de finca. Además, la empresa compra sus empaques y otros insumos a suplidores locales, para provecho de la economía mocana.

El impacto económico de este comercio se siente también y de manera muy particular en Baní, la emblemática “capital del mango”, en la provincia Peravia, donde están las plantaciones ya certificadas como suplidoras de la planta.

Aparte del típico vínculo comercial que dictamina el mercado, Taveras afirma que entre su empresa y el agricultor que le suple hay en los hechos una sinergia productiva, a fin de garantizar la calidad de la materia prima y la inocuidad de las plantaciones.

http://https://www.youtube.com/watch?v=BKahxZPNkC0

“El agricultor solo pone los mangos y la finca. Nosotros tenemos que cosecharlo, limpiarlo, clasificarlo, a algunos se les dan avances en efectivo, se asisten con fertilizantes; por ejemplo ahora, con la sequia, tuvimos que alquilar un camión y compramos unos tinacos y bombas para irles a mojar la finca a los que no tenían bomba. Ellos pusieron una parte (del dinero), y nosotros la otra”.

Otro gasto en que incurre la empresa para preservar su nicho estadounidense corresponde a la contratación de los inspectores del Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS) del USDA, que son asignados a la planta por el tiempo que dure la temporada de exportación.

“Los inspectores hay que pagarlos por adelantado todos los años, dependiendo de la cantidad (del fruto) a certificar; si quieres cuatro meses, incluye el hospedaje, salario, viáticos y tiempo extra si trabaja más del tiempo requerido, y transporte del hotel a la planta”, sostuvo Taveras.

De la finca al puerto

El tratamiento en aguas calientes requerido para los mangos destinados a Estados Unidos es parte de un riguroso y complejo proceso que inicia en la finca donde se cultiva el fruto, que antes tiene que ser certificada como libre de la plaga “Mosca de la fruta”.

Cada plantación tarda por lo menos un año en ser aprobada por los organismos estadounidenses, y debe mantenerse al día con los programas de trampeo y monitoreo que son supervisados in situ por inspectores del Ministerio de Agricultura dominicano.

Adicionalmente, los técnicos del APHIS y del Departamento de Sanidad Vegetal de Agricultura llevan a cabo un inventario de la cosecha de cada finca, que sirve de control para evitar que puedan ingresar a las instalaciones de la planta mangos de plantaciones no certificadas.

Una vez emitido el correspondiente certificado del Ministerio de Agricultura, los mangos son transportados en vehículos herméticamente cerrados a las instalaciones de la planta, en donde dos inspectores -uno del APHIS y otro de Sanidad Vegetal- se encargan de certificar que pasen por el proceso y estén listos para zarpar rumbo a Estados Unidos.

“Acá nosotros estamos para certificar que se lleve a cabo el proceso de tratamiento con agua caliente, que es el proceso que requiere Estados Unidos para el ingreso de la fruta a sus fronteras; es decir, nosotros hacemos una pre certificación de la fruta antes de llegar al puerto”, explica el guatemalteco Mauricio Guzmán, inspector fitosanitario del APHIS a cargo de la supervisión del proceso.

En compañía de Guzmán y Antonio Taveras, un equipo de Acento recorrió las instalaciones de la planta y pudo constatar paso a paso el tratamiento y los estrictos controles a que son sometidos los mangos que en Estados Unidos consumen esencialmente los inmigrantes dominicanos, cubanos, puertorriqueños y algunas poblaciones asiáticas.

Según los datos del Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD), las exportaciones de mangos frescos produjeron más de 17 millones de dólares (US$17,575,747) en el 2014.

De ese flujo de divisas, más de un millón (US$1,072,756) transitó la ruta de Estancia Nueva hacia los Estados Unidos, hoy por hoy el tercer destino externo del mango dominicano después de Reino Unido y Holanda, y el más apetecido por los pujantes productores locales. [Alexander Peña/QPeach]

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