Filadelfia, ciudad ‘santuario’ para los sin papeles
La ciudad más poblada de Pensilvania ha resistido las embestidas financieras de la Casa Blanca por su defensa de los inmigrantes
Desde que Donald Trump asumió como presidente de los Estados Unidos, muchos inmigrantes indocumentados están genuinamente preocupados por su futuro.
Pero algunos pueden respirar tranquilos, siempre y cuando estén viviendo en las ciudades que se oponen a facilitar información sobre los indocumentados a la agencia federal de inmigración (ICE).
Se trata de lugares donde los gobiernos locales, si bien no dan abiertamente la bienvenida a los inmigrantes ilegales, dispensan hacia ellos un trato menos discriminatorio.
Tienen en común que se niegan a cooperar con las autoridades migratorias en temas como mantener en prisión más tiempo del requerido a una persona “sin papeles” para facilitar su deportación.
En Estados Unidos unas 200 “ciudades santuario”, que han declarado su voluntad de ayudar a los inmigrantes indocumentados, cifrados en unos 11 millones.
El nombre tiene sus raíces en los años 1980, cuando muchas iglesias acogieron refugiados de las guerras civiles de Centroamérica que no consiguieron asilo.
Aparte de las más importantes, como Los Ángeles, Nueva York, San Francisco o Chicago, una de estas localidades conocidas como “ciudades santuario” es Filadelfia, la más poblada y de mayor extensión en el estado de Pensilvania.
Como prueba de esto, en enero de 2016 el alcalde Jim Kenney firmó una orden ejecutiva anulando la relación entre las autoridades locales y el ICE.
Y más recientemente, en agosto pasado, Filadelfia se convirtió en la última ciudad santuario en demandar al secretario de Justicia, Jeff Sessions, por establecer las restricciones en materia de leyes migratorias que impuso como condición para recibir fondos federales.
Otras localidades del estado con políticas defensoras de los inmigrantes son Chester, Delaware, Lehigh, Montgomery y Abington.
Según estimados del Censo, en esta histórica urbe estadounidense viven alrededor de 215 mil personas consideradas latinas o hispanos, más de 21 mil de origen dominicano [Alexander Peña/QPeach].